Vol 1, No Especial (2021): Textos ganadores de la dinámica "Literatura para la sustentabilidad"
Descripción de la publicación
Conocer los límites; saber cuánta agua se puede beber uno sin terminarse la del día siguiente; racionar el pan -considerando que el grano que conforma la harina sólo se produce una vez por año-; valorar esa fruta que se cosecha por temporada; agradecer el cauce que desborda los ríos y a su vez, trae consigo sedimentos nuevos arrastrados de las partes altas de la montaña, los cuales servirán como fertilizante para las próximas siembras; mesurar a lo justo y necesario; recordarnos a nosotros mismos que la naturaleza es un sistema con recursos finitos.
El concepto de “Desarrollo Sustentable” es un término que se utilizó por primera vez -de manera oficial- en el texto “Nuestro Foro Común” mejor conocido como “El Informe de Bruntland”, un texto publicado en 1987 que innovó contrastando el desarrollo económico con la presión que se ejercía sobre el medio ambiente. Aunque fue en ese año cuando se empleó el concepto, es posible decir que la idea de la sustentabilidad, en realidad se concibió desde hace mucho tiempo atrás por algunas culturas, las cuales tenían a la conservación como parte fundamental de su cosmovisión y esto les permitió desarrollarse, así como, coexistir con su entorno por cientos de años sin apenas modificarlo o degradarlo.
Es bien sabido que las culturas mesoamericanas tenían los conocimientos suficientes para desarrollar sistemas agroforestales que les facilitara generar cantidades abundantes de comida de manera sustentable; un claro ejemplo de esto es el método de las chinampas, utilizado por los mexicas.
En la actualidad, la sustentabilidad ya no es sólo un estilo de vida o la aspiración a un sistema económico funcional, es ahora un compromiso que deben asumir todas las disciplinas, desde la Biología hasta la Historia; es un hilo conductor para todas nuestras actividades artísticas, políticas, Ingenieriles, o académicas. Tanto el urbanismo ecológico, como las representaciones artísticas del ambiente, difunden una mentalidad acorde a un estilo de vida sustentable. Por ejemplo, la organización de eventos que generen a la población reflexionar y que utilicen uno de los motores de la creatividad primordial, que es la literatura. Una convocatoria literaria con la temática de la sustentabilidad logra comprometer a la gente y despertar su interés por las particularidades que afectan y nutren al mundo.
Las decisiones que modifican los alrededores deben tener siempre el factor sustentable, el ecológico. Optimizar los medios de protección ambiental, tanto en la elección de materiales, como en el uso de estos. El desarrollo de una tecnología amigable al medio ambiente ha sido un componente base para la reducción de contaminantes, buscando lentamente generar un equilibrio ambiental. La ecología es como un flujo y lo que hagamos nosotros afecta a dicho flujo, y lo que afecta al flujo, nos afectará a nosotros.